¿Sabes que puedes controlar cualquier decisión?
El ser humano estamos tomando decisiones continuamente.
Por un momento, toma un mínimo de conciencia de qué decisiones te restan y acaban llevándote a estados no deseados que repercuten en grandes cambios en tu vida.
A esto, le llamaremos responsabilidad y coherencia entre “el sentir y el hacer”.
Escucho tantas veces -no puedo decidir…, es que tengo que hacerlo…, no depende de mí…, si de mí dependiera haría algo completamente diferente…-
Estas acciones son también decisiones. En primer lugar te digo -para, para, escucha atentamente: Tú estás decidiendo, sea por el motivo que sea, digas o justifiques, es tu decisión. Toda decisión va en función a los valores, creencias y visión que tenemos del mundo-
De aquí la importancia que te preguntes si en realidad, ¿es lo que quieres? Si estás dispuesta a pagar el precio que corresponda, ¡adelante! Si no quieres pagar ese precio, cambia de decisión y empieza a tomar LA LLAVE DE TU VIDA.
Tomar LA LLAVE DE TU VIDA, significa que te responsabilizas de tus acciones y decisiones, solo necesitas sostener la emoción que te genera no tomar decisiones antiguas, que hoy no te sirven y que el cambio provoca que puedes cuidar tu salud física, emocional y psíquica.
¡Cualquier decisión que tomes hoy, tendrá una consecuencia posterior!
Dale un espacio a tu mente consciente y empieza con el arte de “darte cuenta”. Pregúntate si cada decisión que tomas es la correcta para ti y asumes la responsabilidad de ello. Esto te llevará seguramente a dos acciones, una a quejarte mucho menos de lo que has hecho hasta el momento y la otra, al darte cuenta que ya no te sirve, puedes ser la versión que quiera de ti. Empezarás a cambiar, responsabilizándote. Dejarás de culpar a los demás de tu felicidad y algo muy importante sentir que los cambios dependen de ti, así como tu estado de felicidad y bienestar.
Los grandes cambios sociales y científicos han sido producidos en el momento que se han tomado decisiones diferentes a las antiguas, a las que llevaban a los mismos resultados de siempre.
Una de las teorías más antiguas en la psicología y filosofía es la teoría de “La pizarra blanca o tabla rasa”, defendían que las personas nacen sin rasgos o tendencias de la personalidad, sus grandes defensores fueron Santo Tomás de Aquino o John Locke que defendían que todo contenido mental es el resultado de la experiencia y la educación.
Hasta que llegó Freud, cuyas teorías del inconsciente destacaron que los aspectos elementales de la personalidad de un individuo, se construyen por sus experiencias en la infancia, aunque los genes y las características familiares heredadas junto con ciertos instintos innatos, juegan un papel crucial. Aquí empezó cada vez más fuerte la teoría de la relación con el inconsciente colectivo y su repercusión. De este tema os hablaré en otra ocasión.
Imagen:Freeîk