Para Epicteto, el sabio –y feliz– es aquel que acepta de buena gana todas las circunstancias de la vida, sin desear otras.
Su doctrina se centra básicamente en la ética, en la mejor manera de vivir la vida,y sus enseñanzas han pasado a la historia como unas de las mejores maneras de alcanzar la paz interior. Tanto es así que cuando hablamos de «tomarnos las cosas con filosofía», por lo general nos referimos a las ideas estoicas, y por tanto, a las de Epicteto.
La famosa frase “Tenemos dos orejas y una boca para que podamos escuchar el doble de lo que hablamos” es de Epicteto, y hoy vengo a hablaros de la importancia de saber escuchar sin intervenir.
- Una idea clara de lo que queremos dar, que cada padre y madre tenga conciencia de lo que está dando.
- Dar un buen lugar al padre/madre
- La comunicación necesaria para que este engranaje funcione, para ello, escuchar de forma respetuosa, presente y en silencio es el primer paso.
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Ver, oír y sentir al otro.
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Tenerle en cuenta.
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Tenerle presente.
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Darle un buen lugar.
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Saber de él/ella.
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Interesarse por él/ella.
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Ayudarle.
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Acompañar.
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Comprender.
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Aprender.
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Ser uno con el otro.
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