Después de más de 25 años acompañando a más de 15.000 familias, hoy tengo una cosa extraordinariamente clara, es el famoso “clic” para realizar el gran cambio personal y familiar.
¿Quieres saber cuándo se hace el “clic”?
En primer lugar, quiero explicarte que la falta de papá y mamá, de una manera u otra la hemos sentido todos en algún momento de la vida.
El famoso “clic” es cuando mis clientes han dejado de mirar lo que no tenían y decían que este era el factor principal de su desgracia, vacío, enfado, rabia y las múltiples explicaciones que se daban para no sentirse como decían que querían sentirse.
Por este motivo una de las primeras acciones a realizar es variar, transformar, cambiar las palabras que usamos para definir los sentimientos de las situaciones que vivimos.
Nos comunicamos con el entorno en función a lo que creemos que es, NO a la realidad existente o posible realidad y encima, a la emoción que nos genera le ponemos palabras que muchas veces no definen esa emoción, las sacamos de un cajón. Cuando verbalizamos creamos ese estado interno, una y otra vez, pensando que lo que vivimos nos hace sentir así, te pongo un ejemplo:
Tenia una clienta que utilizaba la palabra rabia,
-siento rabia, esto me da rabia, le tengo rabia a mi madre, a mi marido, a mis compañeros de trabajo- Cada vez reforzaba más este estado.
Un día en una sesión le comenté –si cambias la expresión y me dices en realidad ¿que sientes? – me dijo -necesito sentirme más vista- le pregunto -y si cuando lo vives te dices, me gustaría sentirme un poquito más vista, me gusta sentirme vista, me ven como saben y pueden ¿cambia algo en ti? –
Asintió y empezó a generar la práctica de utilizar palabras diferentes de las que había utilizado habitualmente delante de ciertas circunstancias.
Otra de las costumbres que tenemos adoptadas desde la infancia es pedir una y otra vez lo que no queremos ya que lo hemos escuchado miles de veces, por ejemplo:
“No me grites” al no pedir claramente la necesidad de “háblame flojo, suave” recibimos lo contrarío de lo que queremos y posteriormente nos diremos “pasan de mi; por mucho que diga no me hacen caso; son egoístas; van a la suya; no soy importante para ellos”
Cambiar el foco, en vez de mirar tanto al entorno, mírate a ti y ver que pasa aquí. Puedes empezar diciendo
– mis palabras llegan a los demás –
La percepción que tengas de ti, es la que tendrán los demás.
No hace falta que te lo creas, NO hace falta que te de resultado a la primera, solamente confía en la capacidad que tienes de crear con el tiempo, la percepción que tú tienes de ti.
Cuando empiezas a poner palabras diferentes, empiezan los cambios emocionales de las vivencias y cada vez generaras situaciones acordes con lo que necesitas vivir.
Estate pendiente a los siguientes blogs, iré compartiendo contigo, cómo ir creando el destino deseado.
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