¿Cuántas veces sientes miedo?, y ¿cuántas veces dejas de hacer las cosas por miedo? Y por último, ¿cuántas veces consigues hacerlo con miedo?
Quiero explicarte una historia para mirar en perspectiva a esta emoción o estado llamado: miedo.
Dicen que había una vez una madre que tenía un único hijo.
Ella era tan temerosa que vivía angustiada pensando que no podría seguir viviendo si a su hijito le pasara algo. Tan asustada estaba de sus fantasías que un día que el hijo fue hasta la puerta de la calle solo, la madre le dijo que volviera a entrar. Luego le pidió que se sentara en el tresillo del salón principal de la casa y le dijo:
- Mira hijo, hay unos espíritus malignos que van vagando por la calle y se llevan a los niños que están sin su madre. Así que nunca, nunca salgas a la calle sin mí. ¿Has entendido?.
- Sí, mami –contestó el chico asustado.
El plan resultó y el niño nunca más salió a la calle sin su madre. Pero un día, cuando cumplió trece años, la madre comenzó a pensar que se había equivocado. Algún día ella no estaría y tenía que poder arreglarse solo en el mundo exterior. De modo que fue a ver al médico de la familia para preguntarle qué hacer. El médico dijo que solo había una solución: decirle al joven la verdad. La madre le dijo que eso equivaldría a admitir ante el hijo que su propia madre le había mentido. El médico insistió en que era el único camino y la madre se marchó a su casa. Yendo hacia allí tuvo otra idea. Al llegar, otra vez convocó a su hijo y se sentaron a hablar en el salón.
- ¿Sabes, hijo? tú ya eres mayor y es obvio que alguna vez te irás de esta casa en busca de tu camino.
- No madre. Me iré si vienes conmigo. Te recuerdo que afuera están los espíritus malignos que me llevarían si no estuviera contigo.
- De esto te quería hablar. Los espíritus jamás te llevarán mientras tengas colgada al cuello esta medalla que ahora te regalo – dijo la madre quitándose la medalla que colgaba de su propio cuello y poniéndosela a su hijo –. A partir de ahora quiero que sepas que podrás salir sin mí, porque mi protección te llegará a través de mi medalla.
- Pero, mami ¿y si los espíritus no ven que llevo la medalla?
- No te preocupes. tu madre nunca te mentiría. Tienes que confiar en lo que te digo: mientras tengas la medalla, ningún espíritu se acercará a hacerte daño. ¿Entiendes?.
- Sí, mamá…
El joven creyó en su madre.
Dicen que de todas maneras, cuando su madre ya no estaba para acompañarlo, el muchacho nunca salió de su casa porque siempre tuvo miedo de perder la medalla…
La reflexión es una una idea poderosa del libro de Susan Jeffers, Aunque tenga miedo, hágalo igual.
Es importante aprender a avanzar en la vida a pesar del miedo.
¿Qué te llevas de este cuento?. Puedes escribirme y compartir aquí en el blog.
Un abrazo.
Josep.
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