Un eneatipo 2, la eterna salvadora, en las relaciones familiares siempre adivina la necesidad de su pareja e hijos. Pero no permite que los demás validen su propia experiencia, es un juego manipulativo.
Para no conectar con su dolor alivia el dolor de los demás y no identifica qué es lo que necesita, prefiere que los demás lo adivinen.
Si tú no te salvas, ¿cómo puedes salvar a alguien?
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