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Tenis psicológico

Las relaciones interpersonales tienen juegos emocionales y psicológicos

Tú también juegas aunque en la mayoría de ocasiones no tengas consciencia de ello.

Tomar conciencia de qué tú también juegas te liberará de estados de tensión, enfados, sentimiento de vacío e incomprensión de tus seres queridos.

Es más o menos como un partido de tenis, donde sientes que estás jugando bastante bien, estás devolviendo las bolas fuertes que te tira el jugador contrario, a veces te tiene arrinconado en cada punto aunque te vas defendiendo. Él falla pelotas fáciles, ganando tú el punto, no por tu bolea ganadora si no por su error. Al final del partido los dos tenéis mal sabor de boca, él por sus fallos y tú por no tener golpes ganadores.

Cuando se crean Juegos Psicológicos con la familia, no hay ganadores ni vencedores, aunque lo parezca, las dos partes quedan emocionalmente tocadas y lo peor de todo es que posteriormente no se profundiza sobre el tema, todos esperan que no se repita una situación igual. ¿Sabes lo que pasa, verdad? Se vuelven a repetir o por la misma situación o por situaciones que generan emociones parecidas.

Escuchamos por las orejas y contestamos desde la emoción, significa que contestamos desde nuestro ego aprendido en la infancia y la relación con nuestros progenitores. Esto hace que cuando hay emoción buscamos algo y ayudamos a crear algún tipo de Juego Psicológico con los demás, si partimos de la lógica los demás hacen exactamente lo mismo con nosotros.

El pescador cuando va a pescar y el pez a picado en el anzuelo, solo necesita tirar del carrete, esta es la metáfora de cómo nos relacionamos desde la emoción. Hay alguien que tira el anzuelo, otro miembro contesta desde la emoción y ¡ya está! aquí empieza el partido de tenis, las dos personas están en plena emoción repitiendo patrones parecidos a sus progenitores.

No hay Juegos Psicológicos sanos ni buenos para los jugadores.

Durante el juego se puede pasar por tres estados en dos minutos.

Te dejo algún ejemplo que explico a mis clientes y es donde les es más fácil darse cuenta.

Si tienes la tendencia a cuidar sin que te pidan, eres esa persona cuidadosa, donde piensas más en los demás que en ti, tienes tendencia a salvar. Cuando el salvador salva sin que se lo pidan y los demás no se dejan salvar, el salvador se vuelve una persona crítica hacia el otro como perseguidor, esto pasa en menos de dos minutos, el salvador coloca al otro como víctima, es “un yo se más que tú”, “yo se mejor que tú lo que necesitas”.
Con palabras dulces, “ponte la chaqueta cariño hace frio, te vas a resfriar, luego no podrás ir con tus amigos” si no le hacen caso se vuelve perseguidora, “bueno, ya verás, tú mismo”.

La persona perseguidora, siempre te culpa y mira más lo que no haces, que lo que haces. Siempre te está corrigiendo, con tensión y malas palabras, enfadada se siente por encima de ti, lo hace todo mejor, no mira sus errores y equivocaciones, cuando no haces caso entra en el victimismo, “yo lo hago por ti, para que mejores, para que triunfes, para que seas más fuerte”

La persona que va de víctima siempre pide, no tiene nunca suficiente, le parece poco todo lo que haces por ella, y cuando piensa que no le das bastante, se convierte en perseguidora culpándote. Posteriormente se arrepiente intentando salvarte, para que la acabes salvando otra vez.

Los salvadores, buscan víctimas, los perseguidores buscan víctimas y las víctimas buscan salvadores.

En las relaciones familiares, prácticamente siempre se ven estos juegos, ¿dónde te reconoces?

Se necesitan dos personas para jugar, solamente que decidas no jugar se acabó el juego.
Para aprender a no caer en el juego, primero te has de dar cuenta cual es tu posición en el juego con tu familia actual, familia de origen “progenitores”, amistades y trabajo. Debes estar en alguna de estas posiciones un 80% de las veces y tomar consciencia de quién actuaba de este modo en tu familia de origen. ESTE ES EL PRIMER PASO PARA SALIR

 

Imagen:Freepik

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